Don Ricardo

Don Ricardo se despide del Espanyol

Un día como hoy, el 17 de enero de 1932, Ricardo Saprissa jugó su último partido con el Espanyol de Barcelona debido a su futuro viaje a Costa Rica para ayudar en la fábrica de textiles que su hermano Rogelio había instalado en nuestro país.

El mismo día del juego el diario La Vanguardia escribía:

Varios han sido los jugadores a quienes la afición ha tributado cariñosa despedida por su noble comportamiento en los campos de juego y su caballerosidad en su vida particular. Entre estos se encuentra, como el primero, el notable jugador Ricardo Saprissa que durante tantos años ha defendido los colores blanquiazules con una voluntad a toda prueba y que ha merecido la simpatía de sus consocios, y que en este partido se despedirá de los deportistas catalanes con motivo de su próxima partida a Sud América.

Datos del juego

RCD ESPANYOL: Florenza, Saprissa, Moline, Cristià, Layola, Pausas, Prat, Solé, Edelmiro, Redó, Juve.

Athletic de Bilbao: Blasco, Urquizu, Castellanos, Petreñas, Muguerza, Roberto, Iraragorri, Lafuente, Bata, Uribe y Gorostiza.

Goles: 1-0: Min. 5, Prat.

Árbitro: Orduña, valenciano.

Un adiós triunfal

En una nota del diario ABC publicaron:

No ha podido ser más halagador para Saprissa, ejemplo de jugador consecuente y de afectos sinceros hacia su club, el adiós que la afición barcelonesa dió el domingo. Se marcha a América, después de tantos años de labor entusiasta en muchas ramas del sport. Siempre son tristes las dsepedidas.. pero cuando el que nos deja se lleva el bien ganado afecto de los deportistas y además ha contribuido, como Saprissa el domingo, a conquistar una de las victorias más codiciadas por los Clubs españoles, como es la alcanzada sobre el Athletic bilbaino, la amargura de la separación es mucho menor.

Vaya, pues para Saprissa un saludo cordial de despedida y los mejores deseos respecto de su porvenir allende los mares.

Extracto del libro “Ricardo Saprissa, el campeón total” de José Antonio Pastor Pacheco

Así las cosas, el 17 de enero de 1932, Ricardo Saprissa dijo adiós al balompié español. Ese día, frente al poderoso Athletic de Bilbao, los españolistas sacarían su mejor repertorio para batir al líder invicto del certamen liguero y darle una despedida única a su capitán. El encuentro en Sarriá contra los vascos se caracterizó por los constantes roces. Los visitantes no querían ceder ni un centímetro, pero los anfitriones estaban en su día, tanto que un clarísimo penalti y cometido por el mismo Ricardo, cuando el balón ya entraba en su portería, fue malogrado por Iraragorri, un especialista de estos lanzamientos.

Ganó el Español 1-0 con gol de Prat, gracias a una exhibición excepcional, “sobre todo teniendo en cuenta la categoría y la moral del adversario y la modestia del once catalán”, a decir de la prensa de entonces.

El diario ABC publicaba en su portada del 19 de enero: “La emoción de un jugador de fútbol” y publicaba una fotografía de Ricardo con el capitán del Bilbao, Lafuente, y el árbitro Gump, con el siguiente epígrafe:

Noble espíritu sin duda éste del jugador de fútbol que a la hora de despedirse de su público barcelonés, no oculta la emoción que le embarga y deja que las lágrimas corran por el rostro, acostumbrado, frente al viento y el sol, a todos los rigores del deporte. Saprissa, capitán del Español, se va al continente americano; mejor dicho, regresa a América”.

Sobre su partida, otro medio de comunicación exponía que “con Saprissa se va, indudablemente, el deportista que con mayor nobleza y corrección se ha comportado en todo momento; y por eso su ausencia dejará un vacío difícil de llenar”.